La Sinopsis:
De vuelta en la carretera, y antes de poder hacer el debido duelo por Donna, Carl es baleado por accidente mientras se encontraba cazando con su padre y con Tyresse y, con un golpe de suerte dentro de tantas desgracias, llegan hasta la granja de Hershel y hagamos un parate aquí.
La granja de Hershel es recordado por muchos (Me incluyo) como la peor temporada en la serie de televisión. El arco argumental del comic es relarivamente corto y las cuestiones que surjen entre los personajes se solucionan de formas diferentes. Además, las diferencias entre la serie de televisión y el comic book, aquí, son abismales. Para empezar, en la TV, Shane continua con vida y su obsesión por Lori se alarga de tal manera que toda la temporada se siente como una especie de telenovela de la tarde con algún que otro zombie de por medio, como para no olvidar de que show se trata.
En el comic el conflicto real viene de la mano del propio Hershel, quien luego de curar a Carl invita al grupo a quedarse, pero de manera temporal. Una vez que el muchacho sane, deberán volver a la carretera. Poco le importan a Hershel los problemas de Rick, la falta de alimentos o la seguridad de los niños. Él debe velar por la seguridad de su hijos, de su familia, y no puede pertimirse confiar en un grupo de extraños, por más agradables que estos sean.
Entre Rick y Hershel surge, además, un conflicto casi ideológico/filosófico. Hershel confiesa tener a sus "muertos" encerrados en el granero, convencido de que su condición es solo una enfermedad y que, cuando el gobierno consiga arreglar todo, darán con una cura que los volverá a la normalidad. Rick, por su parte, sabe que eso no sucederá. Los muertos, muertos están. Y jamás van a volver a la normalidad. Jamás volverán a la vida.
Hershel se horroriza ante la propuesta de Rick de terminar con la agonía de sus "muertos" (palabra que el granjero repite mucho para considerarlos como vivos) con un balazo en la cabeza. La relación de ambos se tensa hasta niveles insospechados (Hershel corre a Rick de su granja a punta de pistola, decidido a volarle la cabeza si este ofrecía alguna resistencia) y, como era de esperarse, los zombies del granero se escapan y se cobra la vida de los hijos de Hershel. El pobre hombre choca con la realidad de la manera más dura.
La impotencia, la incertidumbre, las inseguridades y los miedos se pueden palpar en las figuras de Hershel y Rick. Ambos son los líderes de su grupo, ambos buscan lo mejor para la gente a su cargo, y ambos están tan perdidos y abrumados por la situación, que no saben verdaderamente cómo actuar, y van improvisando sobre la marcha. Tanto Hershel como Rick no son malos hombres, pero la nueva situación del mundo los ha puesto en una posición donde deben tomar las decisiones más difíciles, y luego vivir con las consecuencias.
Es casi anécdotico que, mientras todo esto sucede, Glenn se termina enamorando de Maggie, una de las hijas de Hershel. Y una relación que empezó como meramente sexual, se termina convirtiendo en algo mucho más fuerte y consolidado, a punto tal que el joven abandona el grupo para quedarse a vivir con su nueva novia.
Todas son pálidas para Rick y su grupo, ya que se la pasan vagando durante todo la historia. Ya en el final del arco argumental se topan con una prisión abandonada y, por un momento, pareciera que la suerte les vuelve a sonreir.
El tomo se redondea con los dibujos de Charlie Adlard, quien entra en reemplazo de Tony Moore (Quien sigue en las portadas) y parece quedarse una buena temporada. Personalmente el cambio de dibujante no se me hizo demasiado trascendental puesto que no afecta ni un poco a la estética de la serie. Solo se puede destacar que el dibujo de Tony Moore parecía más prolijo y, tal vez, un poco más expresivo. Pero no mucho más.
The Walking Dead. Volumen 2. -Dejando todo atrás, continua con el ritmo del primer tomo y, si se quiere, agrega nuevas capas de profundidad a los personajes, abriendo el abanico para nuevas historias y se lleva 8 Mollitos.
¿Cuántas horas tiene un día, cuando no te pasas la mitad de ellas
mirando la televisión? ¿Cuándo fue la última vez que uno de nosotros
verdaderamente se esforzó por conseguir algo que quería? ¿Cuánto ha
pasado desde que alguno de nosotros realmente necesitó algo que quería?
El mundo que conocíamos ha desaparecido.
El mundo del comercio y las necesidades frívolas ha sido reemplazado por un mundo de supervivencia y responsabilidades.
Una epidemia de proporciones apocalipticas arrasó con el planeta haciendo que los muertos se levanten y se alimenten de los vivos.
En solo unos pocos meses la sociedad se ha derrumbado.
No hay Gobiernos, no hay tiendas ni negocios, no hay correo, no hay TV por cable.
En un mundo dominado por los muertos, finalmente fuimos forzados a empezar a vivir.
El mundo del comercio y las necesidades frívolas ha sido reemplazado por un mundo de supervivencia y responsabilidades.
Una epidemia de proporciones apocalipticas arrasó con el planeta haciendo que los muertos se levanten y se alimenten de los vivos.
En solo unos pocos meses la sociedad se ha derrumbado.
No hay Gobiernos, no hay tiendas ni negocios, no hay correo, no hay TV por cable.
En un mundo dominado por los muertos, finalmente fuimos forzados a empezar a vivir.
La Edición:
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Segundo Volumen de The Walking Dead de la Edición Argentina de Editorial Ovni Press. 2011. |
La Reseña o Valoración Personal: Y aquí seguimos, en vela y preocupadísimos por Rick y nuestro querido grupo.
Shane murió, pero la conciencia de Lori no consigue aplacarse y, a través de un flashback, asistimos a aquella fatídica noche donde durmieron juntos y se entregaron a la más absoluta pasión, intentando escapar de la negra sensación de soledad que los invadía.
Este flashback no solo sirve para echar luz sobre aquel momento sino que, además, es toda una declaración de intenciones. Pues, este tomo es uno de los más sexuales de todos. Tal vez sea la sensación de bienestar o libertad que parece pulular a lo largo de toda la historia, o lo inevitable y cercana que puede llegar a sentirse la muerte, que los personajes se permiten mayores libertades y, por qué no, mayores despreocupaciones (Que en realidad son responsabilidades, pero al principio no se siente así y el grupo sentirá las consecuencias por bajar la guardia. Pero ya llegaremos a esa parte).
Las muertes de Shane, Amy y Jim terminaron por destrozar la moral del grupo que, sintiendose desprotegidos en ese lugar, tienen por bien mudar el campamento hacia pastos más verdes. El invierno se acerca, los zombies se ven ralentizados pero Rick y su grupo no tienen intenciones de pasar los días y las noches congelándose. Debían encontrar un nuevo refugio, más seguro y más cómodo. Un lugar donde poder establecerse. Un lugar al que llamar hogar.
Errando por las desoladas carreteras se encuentran con un hombre llamado Tyresse, quien viaja con su hija y su extraño yerno. Es un poco ridículo, más aún después de todo lo sufrido, que Rick confiara tan pronto en un total desconocido, ofreciendole techo y comida, sin siquiera pensar un segundo en el error que eso podía significar.
Para su suerte, Tyresse resulta ser un buen tipo (y desconfiado) que decide rechazar la oferta y dormir adentro de algún vehiculo en la carretera. Está bien, alguien debe ser precavido, ¿no?
Es Lori quien advierte el potencial peligro que Tyresse y su gente podría significar en el grupo, pero Rick, ávido de ganar amistades, parece no detenerse demasiado en esos detalles.
Argumentalmente hablando Tyresse no se destaca por ser un personaje demasiado original, más bien se siente como una especie de reemplazo a Shane. Un hombro en el que Rick puede apoyarse y un compañero de armas que lo ayude con la seguridad y la defensa del campamento.
Tyresse y su gente se adaptan al ritmo del grupo de manera inmediata y, antes de darse cuenta, ya está haciendo buenas migas con Carol, para desgracia del pobre Glenn.
En este punto la historia se toma un pequeño respiro, que le permite a los personajes relajarse, despreocuparse y tener una pequeña bocanada de vida normal, o mejor dicho, tan normal como puede ser en medio del fin del mundo.
Con la esperanza casi muerta, Rick y su gente llegan a un barrio residencial, aparentemente abandonado, pero en condiciones más que decentes para habitar. Es en la seguridad de estas cuatro paredes donde nuestro grupo consigue, finalmente, distenderse un poco, reflexionar sobre lo sucedido y aprovechar la privacidad para entregarse a pasiones más... carnales.
Es que en este tomo el sexo es casi el eje principal.
Mencionemos que, ni bien despiden a todos sus muertos, Lori anuncia oficialmente que está embarazada y recibe más dudas que felicitaciones. Por supuesto, es lógico pensarlo de esa manera ya que no tienen suministros, medicamentos, anestecias o un médico siquiera. Todo esto sin contar, claramente, la duda que asalta la mente de Rick y que Dale (como un viejito bastante chismoso) consigue exteriorizar: La posibilidad de que el hijo sea de Shane y no suyo.
Pero Rick, intentando mantener la compostura ante un escenario que podría enloquecerlo, decide confiar en su esposa.
Andrea, quien se había recluido en sí misma luego de la muerte de su hermana, parece encontrar en su nuevo hogar la seguridad suficiente como para dejarse llevar, darse un recreo y entregarse a Dale, casi a modo de agradecimiento por todo el apoyo que el hombre supo darle.
Tyresse consigue, finalmente, acercarse a Carol (O viceversa. Bueno, lo cierto es que tampoco fue tan dificil) y hasta Donna parece estar de mejor humor y nos brinda, junto a su marido y sus hijos, una de esas escenas de rutina cotidiana que, verdaderamente, en este relato escasean. Motivado por el buen ánimo de su esposa, Allen le pregunta a Donna si le gustaría tener sexo, a lo que sus hijos interrumpen el diálogo preguntando "Qué es el segso?" dando a entender que llevan despiertos, y escuchando, bastante tiempo.
Incluso Julie (la hija de Tyresse) intenta tener intimidad con su novio, aprovechando cualquier momentito en el que puedan estar solos.
Por supuesto, estamos en un comic que, si bien trata de cuestiones humanas, está plagado de zombies y bajar la guardia, aunque sea un segundo, puede costarte verdaderamente caro.
El grupo aprovecha la mañana para registrar las casas del barrio, para lograr instalarse y formar una comunidad, cuando descubren de la peor manera posible que todo el lugar se encuentra infestado de zombies. Donna es la primera en morir y, de no ser por la buena voluntad de Rick, Allen le hubiera seguido.
Y, si bien consiguen sobrevivir, aprenden de la peor manera posible que ya no estan seguros en ningún lado. Bajar la guardia es un lujo que ya no pueden permitirse. Aunque, un poco, lo siguen haciendo.
Shane murió, pero la conciencia de Lori no consigue aplacarse y, a través de un flashback, asistimos a aquella fatídica noche donde durmieron juntos y se entregaron a la más absoluta pasión, intentando escapar de la negra sensación de soledad que los invadía.
Este flashback no solo sirve para echar luz sobre aquel momento sino que, además, es toda una declaración de intenciones. Pues, este tomo es uno de los más sexuales de todos. Tal vez sea la sensación de bienestar o libertad que parece pulular a lo largo de toda la historia, o lo inevitable y cercana que puede llegar a sentirse la muerte, que los personajes se permiten mayores libertades y, por qué no, mayores despreocupaciones (Que en realidad son responsabilidades, pero al principio no se siente así y el grupo sentirá las consecuencias por bajar la guardia. Pero ya llegaremos a esa parte).
Las muertes de Shane, Amy y Jim terminaron por destrozar la moral del grupo que, sintiendose desprotegidos en ese lugar, tienen por bien mudar el campamento hacia pastos más verdes. El invierno se acerca, los zombies se ven ralentizados pero Rick y su grupo no tienen intenciones de pasar los días y las noches congelándose. Debían encontrar un nuevo refugio, más seguro y más cómodo. Un lugar donde poder establecerse. Un lugar al que llamar hogar.
Errando por las desoladas carreteras se encuentran con un hombre llamado Tyresse, quien viaja con su hija y su extraño yerno. Es un poco ridículo, más aún después de todo lo sufrido, que Rick confiara tan pronto en un total desconocido, ofreciendole techo y comida, sin siquiera pensar un segundo en el error que eso podía significar.
Para su suerte, Tyresse resulta ser un buen tipo (y desconfiado) que decide rechazar la oferta y dormir adentro de algún vehiculo en la carretera. Está bien, alguien debe ser precavido, ¿no?
Es Lori quien advierte el potencial peligro que Tyresse y su gente podría significar en el grupo, pero Rick, ávido de ganar amistades, parece no detenerse demasiado en esos detalles.
Argumentalmente hablando Tyresse no se destaca por ser un personaje demasiado original, más bien se siente como una especie de reemplazo a Shane. Un hombro en el que Rick puede apoyarse y un compañero de armas que lo ayude con la seguridad y la defensa del campamento.
Tyresse y su gente se adaptan al ritmo del grupo de manera inmediata y, antes de darse cuenta, ya está haciendo buenas migas con Carol, para desgracia del pobre Glenn.
En este punto la historia se toma un pequeño respiro, que le permite a los personajes relajarse, despreocuparse y tener una pequeña bocanada de vida normal, o mejor dicho, tan normal como puede ser en medio del fin del mundo.
Con la esperanza casi muerta, Rick y su gente llegan a un barrio residencial, aparentemente abandonado, pero en condiciones más que decentes para habitar. Es en la seguridad de estas cuatro paredes donde nuestro grupo consigue, finalmente, distenderse un poco, reflexionar sobre lo sucedido y aprovechar la privacidad para entregarse a pasiones más... carnales.
Es que en este tomo el sexo es casi el eje principal.
Mencionemos que, ni bien despiden a todos sus muertos, Lori anuncia oficialmente que está embarazada y recibe más dudas que felicitaciones. Por supuesto, es lógico pensarlo de esa manera ya que no tienen suministros, medicamentos, anestecias o un médico siquiera. Todo esto sin contar, claramente, la duda que asalta la mente de Rick y que Dale (como un viejito bastante chismoso) consigue exteriorizar: La posibilidad de que el hijo sea de Shane y no suyo.
Pero Rick, intentando mantener la compostura ante un escenario que podría enloquecerlo, decide confiar en su esposa.
Andrea, quien se había recluido en sí misma luego de la muerte de su hermana, parece encontrar en su nuevo hogar la seguridad suficiente como para dejarse llevar, darse un recreo y entregarse a Dale, casi a modo de agradecimiento por todo el apoyo que el hombre supo darle.
Tyresse consigue, finalmente, acercarse a Carol (O viceversa. Bueno, lo cierto es que tampoco fue tan dificil) y hasta Donna parece estar de mejor humor y nos brinda, junto a su marido y sus hijos, una de esas escenas de rutina cotidiana que, verdaderamente, en este relato escasean. Motivado por el buen ánimo de su esposa, Allen le pregunta a Donna si le gustaría tener sexo, a lo que sus hijos interrumpen el diálogo preguntando "Qué es el segso?" dando a entender que llevan despiertos, y escuchando, bastante tiempo.
Incluso Julie (la hija de Tyresse) intenta tener intimidad con su novio, aprovechando cualquier momentito en el que puedan estar solos.
Por supuesto, estamos en un comic que, si bien trata de cuestiones humanas, está plagado de zombies y bajar la guardia, aunque sea un segundo, puede costarte verdaderamente caro.
El grupo aprovecha la mañana para registrar las casas del barrio, para lograr instalarse y formar una comunidad, cuando descubren de la peor manera posible que todo el lugar se encuentra infestado de zombies. Donna es la primera en morir y, de no ser por la buena voluntad de Rick, Allen le hubiera seguido.
Y, si bien consiguen sobrevivir, aprenden de la peor manera posible que ya no estan seguros en ningún lado. Bajar la guardia es un lujo que ya no pueden permitirse. Aunque, un poco, lo siguen haciendo.
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Rick Grimes versión comic book. Linea McFarlane. 2011. |
De vuelta en la carretera, y antes de poder hacer el debido duelo por Donna, Carl es baleado por accidente mientras se encontraba cazando con su padre y con Tyresse y, con un golpe de suerte dentro de tantas desgracias, llegan hasta la granja de Hershel y hagamos un parate aquí.
La granja de Hershel es recordado por muchos (Me incluyo) como la peor temporada en la serie de televisión. El arco argumental del comic es relarivamente corto y las cuestiones que surjen entre los personajes se solucionan de formas diferentes. Además, las diferencias entre la serie de televisión y el comic book, aquí, son abismales. Para empezar, en la TV, Shane continua con vida y su obsesión por Lori se alarga de tal manera que toda la temporada se siente como una especie de telenovela de la tarde con algún que otro zombie de por medio, como para no olvidar de que show se trata.
En el comic el conflicto real viene de la mano del propio Hershel, quien luego de curar a Carl invita al grupo a quedarse, pero de manera temporal. Una vez que el muchacho sane, deberán volver a la carretera. Poco le importan a Hershel los problemas de Rick, la falta de alimentos o la seguridad de los niños. Él debe velar por la seguridad de su hijos, de su familia, y no puede pertimirse confiar en un grupo de extraños, por más agradables que estos sean.
Entre Rick y Hershel surge, además, un conflicto casi ideológico/filosófico. Hershel confiesa tener a sus "muertos" encerrados en el granero, convencido de que su condición es solo una enfermedad y que, cuando el gobierno consiga arreglar todo, darán con una cura que los volverá a la normalidad. Rick, por su parte, sabe que eso no sucederá. Los muertos, muertos están. Y jamás van a volver a la normalidad. Jamás volverán a la vida.
Hershel se horroriza ante la propuesta de Rick de terminar con la agonía de sus "muertos" (palabra que el granjero repite mucho para considerarlos como vivos) con un balazo en la cabeza. La relación de ambos se tensa hasta niveles insospechados (Hershel corre a Rick de su granja a punta de pistola, decidido a volarle la cabeza si este ofrecía alguna resistencia) y, como era de esperarse, los zombies del granero se escapan y se cobra la vida de los hijos de Hershel. El pobre hombre choca con la realidad de la manera más dura.
La impotencia, la incertidumbre, las inseguridades y los miedos se pueden palpar en las figuras de Hershel y Rick. Ambos son los líderes de su grupo, ambos buscan lo mejor para la gente a su cargo, y ambos están tan perdidos y abrumados por la situación, que no saben verdaderamente cómo actuar, y van improvisando sobre la marcha. Tanto Hershel como Rick no son malos hombres, pero la nueva situación del mundo los ha puesto en una posición donde deben tomar las decisiones más difíciles, y luego vivir con las consecuencias.
Es casi anécdotico que, mientras todo esto sucede, Glenn se termina enamorando de Maggie, una de las hijas de Hershel. Y una relación que empezó como meramente sexual, se termina convirtiendo en algo mucho más fuerte y consolidado, a punto tal que el joven abandona el grupo para quedarse a vivir con su nueva novia.
Todas son pálidas para Rick y su grupo, ya que se la pasan vagando durante todo la historia. Ya en el final del arco argumental se topan con una prisión abandonada y, por un momento, pareciera que la suerte les vuelve a sonreir.
El tomo se redondea con los dibujos de Charlie Adlard, quien entra en reemplazo de Tony Moore (Quien sigue en las portadas) y parece quedarse una buena temporada. Personalmente el cambio de dibujante no se me hizo demasiado trascendental puesto que no afecta ni un poco a la estética de la serie. Solo se puede destacar que el dibujo de Tony Moore parecía más prolijo y, tal vez, un poco más expresivo. Pero no mucho más.
The Walking Dead. Volumen 2. -Dejando todo atrás, continua con el ritmo del primer tomo y, si se quiere, agrega nuevas capas de profundidad a los personajes, abriendo el abanico para nuevas historias y se lleva 8 Mollitos.
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