miércoles, 20 de marzo de 2019

Batman: Un lugar solitario para morir. - Tim Drake, la tercera es la vencida.

La Sinopsis: Luego de los hechos narrados en Una Muerte en la Familia (muerte de Jason Todd, el segundo Robin), DC Comics se siente presionada a crear lo antes posible un nuevo Robin. Dennis O'Neil, el editor en jefe de Batman en aquellos años encarga estas historias a Marv Wolfman; guionista de "The New Titans" (serie en donde participa Dick Grayson, primer Robin y actual Nightwing), y a su equipo, la creación del nuevo personaje.


La Edición:

Tomo número 7 del Coleccionable de
Planeta de Agostini

La Reseña o Valoración Personal:
Tras la muerte de Jason Todd, (segundo Robin) Batman se volvió desprólijo, descuidado y mucho más violento que antes. Como ya vimos en Año Tres (Historia que bien puede servir como prólogo para esta que nos compete en esta reseña), ni siquiera Nightwing es capaz de seguirle el tren y tratar de calmar las frustraciones de su antiguo maestro.
Pero claro, ni Nightwing, ni Alfred y mucho menos el mismo Bruce podían imaginarse que, más pronto que tarde, un nuevo Robin entraría en escena y, esta vez, sería el definitivo. Al menos por un tiempo bastante largo.
Mientras Batman se dedica a cazar criminales de manera sanguinaria, es estudiado por una misteriosa figura que parece conocer todos sus secretos. Y no solo los referentes a Bruce Wayne, sino también a Dick Grayson. Claro, no tiene sentido mantener el misterio. Por supuesto que este personaje, que se dedica a espiar por buena parte de la trama, no es otro que Tim Drake, el tercer Robin.
Pero, sin apresurarnos demasiado, descubrimos que el principal motor motivante del joven Tim es la preocupación que siente por el actuar errático de Batman. Según él Batman no puede actuar sin Robin, y debemos reconocer que su teoría no esta tan errada.
Batman nació como un vigilante solitario que se enfrentaba a sus enemigos, literalmente, con sus mismas armas. Esto es cierto, en sus primerísimas aventuras, Batman se daba de tiroteos con los criminales, e incluso llegó a matar a más de uno. No se supo muy bien cuándo fue que Batman abandonó las armas, pero sí que fue luego de la introducción de Robin como personaje. Batman necesita a Robin, pues este le actúa como un clave a tierra. El personaje sirve para que el murcielago pueda exteriorizar todos sus pensamientos y, de esta forma, lograr una mayor conexión con el lector.
Así como, antiguamente, nos enterabamos de las imposibles conexiones de la mente de Sherlock Holmes a través del personaje de Watson, Robin vendría a representar en el mundo de Batman una figura similar. Un personaje que le requiere al murcielago bajar un cambio y conectar con el mundo real, sin perderse en el oscuro sendero que le supone ser Batman.
Por supuesto, los guionistas han ido profundizando en las figuras de Batman y Robin, a veces con suerte y a veces no. Pero siempre buscando nutrir el mito.
Por supuesto Batman ha sabido y aún sabe tener aventuras en solitario, pero Robin siempre será parte de su universo.
Con esa idea en mente es que el guionista Marv Wolfman nos presenta al joven Tim Drake en esta historia aunque, debo decir, la introducción del personaje no deja de ser una seguidilla de conveniencias y casualidades. Casualmente Tim Drake conoció a Dick Grayson la noche en que este último perdió a sus padres (Recordemos Año Tres) y desde ese día, solo pudo sentir admiración, además el accidente y la presencia de Batman hizo que esa noche sea por demás inolvidable.
La mente de Tim quedó tan marcada por los sucesos de esa noche que, cuando vio por primera vez a Batman y Robin en televisión, en un flashback informativo, de una manera muy conveniente descubre que Dick Grayson es el joven maravilla, no solo por el traje (el cual era casi un calco de su uniforme del circo) sino por una acrobacia bastante particular que solo Dick era capaz de realizar.
Así pues, si Dick Grayson fue acogido por Bruce Wayne y, poco después, se lo ve actuando con Batman, no cabe duda de que el playboy millonario debe ser el cruzado enmascarado.
Pero la mente de Tim no se detuvo allí, no señor. Luego de un tiempo de que saliera a la luz que Bruce Wayne había adoptado a Jason Todd, a Batman se lo vio actuando nuevamente con Robin. Luego de que el fallecimiento de Jason Todd tomara cierto conocimiento público, Batman volvió a actuar solo. No sabemos con exactitud si Marv Wolfman dotó a Tim Drake de una inteligencia y una deducción casi sobre-humana, pero lo cierto es que el muchacho llevó a cabo todas estas conexiones y deducciones de una manera tan natural que uno realmente se preocupa por el trabajo de los guionistas anteriores que parece que no fueron capaces de tapar agujeros que los terminó descubriendo un niño de unos once años.
Lo cierto es que esta historia la leí hace muchísimo tiempo y no me acordaba de muchas cosas. Me había olvidado de unos cuantos detalles y, además, mi mente tenía a esta historia en mejor estima.
Ojo, no quiero decir que la historia sea mala, de hecho no lo es. Marv Wolfman y George Perez nos ofrecen un trabajo entretenido, dinámico, lleno de acción y de una emoción que ya quisieran para sí muchas obras de hoy día. Pero al mismo tiempo debemos decir que el personaje de Tim Drake no termina de sentirse del todo "real".
Todos sabemos que al final se termina convirtiendo en el mejor Robin de todos, eso no tiene mayor discusión (O tal vez sí, no sé, para mí es el mejor Robin) pero su primera aparición no deja de ser demasiado increíble y su manera de descubrir las identidades de Batman y Robin es demasiada conveniente y fantástica, incluso para una historia de Batman.
6 Mollitos.















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