La Sinopsis:
Parte 1: Más cerca que nunca del Sol, Superman ha salvado a unos científicos de una muerte segura... pero no sospecha que es una trampa que podría tener unas consecuencias nefastas. Acompaña al Hombre de Acero en la mayor aventura de su vida, en la que contará con la ayuda de sus inseparables Jimmy Olsen y Lois Lane, y también su otro yo, Clark Kent, durante una entrevista que realizará en prisión a uno de los villanos más peligrosos del Universo DC.
All-Star Superman, obra de Grant Morrison (Batman e Hijo) y Frank Quitely (JLA: Tierra 2) es uno de los comics más premiados del presente siglo y también todo un referente de la historia reciente del personaje cuyo primer volumen supone todo un derroche de imaginación y épica.
Parte 2: Superman está muriendo y no parece que haya nada capaz de evitar lo peor. Resignado a su destino, el Hombre de Acero pone en orden sus asuntos mientras se enfrenta a los inevitables enemigos que aguardan en su camino, desde Bizarro hasta dos supervivientes kryptonianos. ¿Bastará la ayuda de sus amigos, incluidos los habitantes de la ciudad embotellada de Kandor, para superar tan amargos momentos?
All-Star Superman concluye en este segundo volumen realizado por Grant Morrison (JLA: Tierra 2) y Frank Quitely (Batman y Robin) que retoma toda la emoción y emotividad de la primera entrega y alcanza unas cotas insospechadas de calidad que han convertido este título en todo un clásico contemporáneo.
La Edición:
La Reseña o Valoración Personal:
Hace un tiempo, reseñas atrás, había hablado de una idea que siempre tuve en la cabeza. Bueno, en realidad era algo que leí por ahí, ya ni siquiera me acuerdo dónde, que decía que los superhéroes de comics eran el equivalente moderno a los Dioses griegos.
Puede sonar exagerado o absurdo pero yo personalmente le veo su cuota de lógica, y más aún si hablamos específicamente de DC Comics. La idea era que mientras héroes como Perseo o Hércules deslumbraban al mundo con sus hazañas o tareas, hoy por hoy lo mismo se puede esperar de superhéroes como Superman, Wonder Woman (Personaje que mama directamente de la mitología griega) o Green Lantern.
Tanto héroes de Marvel como de DC Comics podrían ocupar cualquier pedestal en un nuevo tandem de, digamos, "Dioses Griegos". Pero, ¿Por qué hago más hincapie en DC que en Marvel? Simple. Porque los personajes de DC verdaderamente parecen dioses sobre la Tierra.
No me malinterpreten, que Marvel tiene a Thor y una buena galería de personajes que, directamente, son Dioses. Pero la "solemnidad" con la que DC trata a sus personajes hace que todo tome una profundidad particular que se traduce en la forma en que los lectores perciben a los héroes. Uno de los casos más gráficos, en este caso, es ni más ni menos que Superman.
Superman, además de ser el primer superhéroe de la historia y el pilar fundamental que le abrió las puertas a todos los demás, es un héroe con una cuota de divinidad muy marcada y evidente.
El último hijo de un planeta moribundo que es enviado por su Padre a la Tierra para ser nuestro salvador, nuestro campeón, que murió por nosotros y que, eventualmente, resucitó. ¿A quién les recuerda?
Un personaje al que siempre le vi un costado divino, que supo sobrevivir y reinventarse por más de ochenta años, que se ha ganado el corazón del público a fuerza de carisma y calidad y que ha sabido recuperarse de momentos editoriales y argumentales bastante oscuros. Es un personaje que, claramente tiene un don particular, un "algo" que le permite mantenerse en la cresta de la ola.
Y retomando la idea de héroes como dioses, no es de sorprendernos que, en su visión de Superman, Grant Morrison nos venda esa idea también. ¿Por qué digo esto? Porque, a lo largo de la historia Kal-El, al mejor estilo Hércules, realiza doce tareas. Y la historia, que parte de una premisa que, al principio parece disparar para otro lado, se termina convirtiendo en un relato épico de un viaje, tal vez el último, que el héroe debe realizar para encontrarse a así mismo y para salvar al mundo.
La primera vez que leí All-Star Superman era muy chico y conocía muy poco a Superman. Era una época rebelde, mi adolescencia, que hacía que me aleje de personajes como Superman por considerarlos "demasiado buenos". Un personaje tan pulcro, con tanta rectitud, aparentemente incorruptible y que solo representa buenos morales, convirtiéndose en una enorme brújula moral, ¿Cómo podía ser eso divertido? Y terminaba leyendo a Batman o a Punisher, personajes más radicales y llenos de "oscuridad".
Así, la primera vez que me topé con la aventura que Grant Morrison me proponía, me aburrí. Me aburrí tanto que no pude terminarla. Y no entendía que es lo que los fans veían en una historia que, para mí, en ese momento, no tenía ni pies ni cabeza.
Ahora digo, que suerte que el ser humano madura y cambia, que los gustos son relativos y que uno puede volver a leer una obra, con más detenimiento y comprensión y formarse un criterio totalmente diferente. Hoy por hoy considero a All-Star Superman como una de las mejores historias, no solo de Morrison, sino de Superman en toda su mitología. La mejor palabra para definirla es HOMENAJE.
¿Cómo empieza la Historia? Morrison nos presenta a un Superman que se encuentra en el apogeo de su Gloria, en su mejor momento. Pero es también un prólogo a lo que bien podría ser su última aventura. Kal-El es casi un Dios contemporáneo que afronta sus doce tareas, o trabajos, como si se tratara de un Hércules moderno queriéndose ganar el favor de Olimpo, y estas tareas le sirven a su vez como un preludio que bien podría suponer su muerte o su paso a la vida eterna.
Morrison consigue comprimir los mejores elementos de la mitología del personaje, armando una continuidad similar a lo que había hecho con Batman. Y aprovecha cada una de las herramientas con las que cuenta. Tenemos las disparatadas aventuras de Jimmy Olsen (Vale decir, la peor historia de toda la obra) o la fatuidad de Lex Luthor, que recuerda al interpretado por Gene Hackman. Todo esto pasa por el tamisado soberbio de los lápices de Frank Quitely que vuelve a encandilarnos con sus dibujos y que consigue algo verdaderamente enorme: Convencernos de que Clark Kent y Superman pueden pasar por individuos diferentes, más allá de las gafas y el peinado.
Tanto Morrison como Quitely consiguen retratar los pilares esenciales de la mitología de Kal-El de manera magistral, desde Lois Lane, el Daily Planet y Perry White, hasta Lex Luthor, Brainiac y Bizarro. Todos están presentes, todos tienen un papel que desempeñar y nutren a la historia dotándola de corazón y de frescura, haciendo el viaje de Superman más profundo y llevadero (Más que nada los personajes de Lois y Lex, retratados de manera impecable)
Este tipo de historias tiene sus pro y sus contras dado que, por un lado, Morrison nos abre una puerta increíble donde todas las historias de Superman a lo largo de casi 80 años o más parecen tener valor y parecen haber formado al personaje convirtiéndolo en el icono que es hoy (Un poco de razón tiene) pero también nos presenta una obra que, cuanto menos, puede resultar bastante intimidante o avasallador para un novato que no sabe nada de Superman y decide que quiere empezar por algún lugar. No nos debe sorprender si el lector que recién está empezando en este mundo encuentra All-Star Superman densa, confusa o aburrida. Superman es un personaje que debe ser leído y All-Star Superman es, definitivamente, una historia imprescindible pero que no debería ser la primera en leerse, recomendable luego de tener un pantallazo del personaje que nos pueda brindar otras historias.
All-Star Superman se lleva, entonces, 9 Mollitos.
Parte 1: Más cerca que nunca del Sol, Superman ha salvado a unos científicos de una muerte segura... pero no sospecha que es una trampa que podría tener unas consecuencias nefastas. Acompaña al Hombre de Acero en la mayor aventura de su vida, en la que contará con la ayuda de sus inseparables Jimmy Olsen y Lois Lane, y también su otro yo, Clark Kent, durante una entrevista que realizará en prisión a uno de los villanos más peligrosos del Universo DC.
All-Star Superman, obra de Grant Morrison (Batman e Hijo) y Frank Quitely (JLA: Tierra 2) es uno de los comics más premiados del presente siglo y también todo un referente de la historia reciente del personaje cuyo primer volumen supone todo un derroche de imaginación y épica.
Parte 2: Superman está muriendo y no parece que haya nada capaz de evitar lo peor. Resignado a su destino, el Hombre de Acero pone en orden sus asuntos mientras se enfrenta a los inevitables enemigos que aguardan en su camino, desde Bizarro hasta dos supervivientes kryptonianos. ¿Bastará la ayuda de sus amigos, incluidos los habitantes de la ciudad embotellada de Kandor, para superar tan amargos momentos?
All-Star Superman concluye en este segundo volumen realizado por Grant Morrison (JLA: Tierra 2) y Frank Quitely (Batman y Robin) que retoma toda la emoción y emotividad de la primera entrega y alcanza unas cotas insospechadas de calidad que han convertido este título en todo un clásico contemporáneo.
La Edición:
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Tomos 7 y 8 correspondientes a la colección de Salvat "Batman y Superman" |
La Reseña o Valoración Personal:
Hace un tiempo, reseñas atrás, había hablado de una idea que siempre tuve en la cabeza. Bueno, en realidad era algo que leí por ahí, ya ni siquiera me acuerdo dónde, que decía que los superhéroes de comics eran el equivalente moderno a los Dioses griegos.
Puede sonar exagerado o absurdo pero yo personalmente le veo su cuota de lógica, y más aún si hablamos específicamente de DC Comics. La idea era que mientras héroes como Perseo o Hércules deslumbraban al mundo con sus hazañas o tareas, hoy por hoy lo mismo se puede esperar de superhéroes como Superman, Wonder Woman (Personaje que mama directamente de la mitología griega) o Green Lantern.
Tanto héroes de Marvel como de DC Comics podrían ocupar cualquier pedestal en un nuevo tandem de, digamos, "Dioses Griegos". Pero, ¿Por qué hago más hincapie en DC que en Marvel? Simple. Porque los personajes de DC verdaderamente parecen dioses sobre la Tierra.
No me malinterpreten, que Marvel tiene a Thor y una buena galería de personajes que, directamente, son Dioses. Pero la "solemnidad" con la que DC trata a sus personajes hace que todo tome una profundidad particular que se traduce en la forma en que los lectores perciben a los héroes. Uno de los casos más gráficos, en este caso, es ni más ni menos que Superman.
Superman, además de ser el primer superhéroe de la historia y el pilar fundamental que le abrió las puertas a todos los demás, es un héroe con una cuota de divinidad muy marcada y evidente.
El último hijo de un planeta moribundo que es enviado por su Padre a la Tierra para ser nuestro salvador, nuestro campeón, que murió por nosotros y que, eventualmente, resucitó. ¿A quién les recuerda?
Un personaje al que siempre le vi un costado divino, que supo sobrevivir y reinventarse por más de ochenta años, que se ha ganado el corazón del público a fuerza de carisma y calidad y que ha sabido recuperarse de momentos editoriales y argumentales bastante oscuros. Es un personaje que, claramente tiene un don particular, un "algo" que le permite mantenerse en la cresta de la ola.
Y retomando la idea de héroes como dioses, no es de sorprendernos que, en su visión de Superman, Grant Morrison nos venda esa idea también. ¿Por qué digo esto? Porque, a lo largo de la historia Kal-El, al mejor estilo Hércules, realiza doce tareas. Y la historia, que parte de una premisa que, al principio parece disparar para otro lado, se termina convirtiendo en un relato épico de un viaje, tal vez el último, que el héroe debe realizar para encontrarse a así mismo y para salvar al mundo.
La primera vez que leí All-Star Superman era muy chico y conocía muy poco a Superman. Era una época rebelde, mi adolescencia, que hacía que me aleje de personajes como Superman por considerarlos "demasiado buenos". Un personaje tan pulcro, con tanta rectitud, aparentemente incorruptible y que solo representa buenos morales, convirtiéndose en una enorme brújula moral, ¿Cómo podía ser eso divertido? Y terminaba leyendo a Batman o a Punisher, personajes más radicales y llenos de "oscuridad".
Así, la primera vez que me topé con la aventura que Grant Morrison me proponía, me aburrí. Me aburrí tanto que no pude terminarla. Y no entendía que es lo que los fans veían en una historia que, para mí, en ese momento, no tenía ni pies ni cabeza.
Ahora digo, que suerte que el ser humano madura y cambia, que los gustos son relativos y que uno puede volver a leer una obra, con más detenimiento y comprensión y formarse un criterio totalmente diferente. Hoy por hoy considero a All-Star Superman como una de las mejores historias, no solo de Morrison, sino de Superman en toda su mitología. La mejor palabra para definirla es HOMENAJE.
¿Cómo empieza la Historia? Morrison nos presenta a un Superman que se encuentra en el apogeo de su Gloria, en su mejor momento. Pero es también un prólogo a lo que bien podría ser su última aventura. Kal-El es casi un Dios contemporáneo que afronta sus doce tareas, o trabajos, como si se tratara de un Hércules moderno queriéndose ganar el favor de Olimpo, y estas tareas le sirven a su vez como un preludio que bien podría suponer su muerte o su paso a la vida eterna.
Morrison consigue comprimir los mejores elementos de la mitología del personaje, armando una continuidad similar a lo que había hecho con Batman. Y aprovecha cada una de las herramientas con las que cuenta. Tenemos las disparatadas aventuras de Jimmy Olsen (Vale decir, la peor historia de toda la obra) o la fatuidad de Lex Luthor, que recuerda al interpretado por Gene Hackman. Todo esto pasa por el tamisado soberbio de los lápices de Frank Quitely que vuelve a encandilarnos con sus dibujos y que consigue algo verdaderamente enorme: Convencernos de que Clark Kent y Superman pueden pasar por individuos diferentes, más allá de las gafas y el peinado.
Tanto Morrison como Quitely consiguen retratar los pilares esenciales de la mitología de Kal-El de manera magistral, desde Lois Lane, el Daily Planet y Perry White, hasta Lex Luthor, Brainiac y Bizarro. Todos están presentes, todos tienen un papel que desempeñar y nutren a la historia dotándola de corazón y de frescura, haciendo el viaje de Superman más profundo y llevadero (Más que nada los personajes de Lois y Lex, retratados de manera impecable)
Este tipo de historias tiene sus pro y sus contras dado que, por un lado, Morrison nos abre una puerta increíble donde todas las historias de Superman a lo largo de casi 80 años o más parecen tener valor y parecen haber formado al personaje convirtiéndolo en el icono que es hoy (Un poco de razón tiene) pero también nos presenta una obra que, cuanto menos, puede resultar bastante intimidante o avasallador para un novato que no sabe nada de Superman y decide que quiere empezar por algún lugar. No nos debe sorprender si el lector que recién está empezando en este mundo encuentra All-Star Superman densa, confusa o aburrida. Superman es un personaje que debe ser leído y All-Star Superman es, definitivamente, una historia imprescindible pero que no debería ser la primera en leerse, recomendable luego de tener un pantallazo del personaje que nos pueda brindar otras historias.
All-Star Superman se lleva, entonces, 9 Mollitos.
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